LA PIEL: ESTRUCTURA Y FUNCIONES
ESTRUCTURA DE LA PIEL
La piel es la cubierta externa del cuerpo humano y uno de los órganos más importantes del
mismo tanto por tamaño como por sus funciones. La piel separa al organismo del medio ambiente
externo y, al mismo tiempo, permite su comunicación con él mismo. Es una envoltura
completa sin soluciones de continuidad, ya que en las regiones donde se encuentran los orificios
naturales del organismo, la piel se transforma paulatinamente en una mucosa.
La piel sana es una barrera contra agresiones mecánicas, químicas, tóxicos, calor, frío, radiaciones
ultravioleta y microorganismos patógenos. Además, la piel es esencial para el mantenimiento
del equilibrio de fluidos corporales actuando como barrera ante la posible pérdida de
agua (pérdida transcutánea de agua), el mantenimiento del equilibrio térmico y la transmisión
de una gran cantidad de información externa que accede al organismo por el tacto, la presión,
temperatura y receptores del dolor. Es más, prueba de que la piel juega un papel muy importante
en nuestra función de relación es que exteriorizamos nuestro estado emocional por la
piel: nos sonrojamos, palidecemos, nuestro pelo se eriza y emanamos olor (feromonas).
La piel es un órgano de gran tamaño, el mayor del organismo, ya que tiene una superficie de
alrededor de 2m2
(depende de la altura y peso de la persona) y un peso de 4 kg, lo que supone
aproximadamente el 6% del peso corporal total.
Desde afuera hacia dentro, se distinguen
tres capas de tejido, cuyo origen
embriológico es totalmente distinto,
perteneciendo cada capa a una
capa embriológica diferente:
• La epidermis.
• La dermis o corion.
• El tejido subcutáneo o también
denominado hipodermis
o subcutis.
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